La felicidad del ciudadano y el hiperconsumo

En numerosas ocasiones, hablando y conversando con personas de nuestro entorno, como la familia, los amigos o los compañeros de trabajo, hablamos del consumo sostenible. Es frecuente escuchar  frases como: ¡Yo compro en tiendas ecológicas!, o por el contrario… ¡Los productos ecológicos resultan carísimos!, pues bien, vamos a explicar lo que realmente supone este consumo responsable.

Pero, ¿qué entendemos por Consumo Sostenible?

En primer lugar es vital, reconocer este principio como parte integral del Desarrollo Sostenible, ya que hace referencia a un conjunto de acciones que tratan de encontrar soluciones viables a los desequilibrios mediante una conducta responsable por parte de toda la sociedad.

El problema fundamental reside en el ciclo de vida del producto en cuestión. Es evidente por ejemplo, que el papel reciclado a priori es más caro que el normal, pero aclaremos este mito: Si analizamos el proceso por el que atraviesa el papel no reciclado, descubrimos que resulta muchísimo más costoso; el ciclo de vida del papel empieza desde la tala de árboles y finaliza con una delgada lámina de pasta de celulosa, pasando por todas sus fases, y procesos de elaboración, manufactura y distribución.

Esto es sólo un ejemplo, para demostrar la ineficiente utilización de los recursos naturales. El hiperconsumo al que acostumbran a recurrir las sociedades más desarrolladas, deriva en consecuencias devastadoras; en estas sociedades, se consume entre el 50 % y el 90% de recursos y se generan las dos terceras partes de las emisiones de dióxido de carbono. Estos escalofriantes datos, suponen el maltrato de lo que muchos todavía consideran “infinito”.

guy-598180_640Otro punto estrechamente relacionado con el hiperconsumo, es si afecta o no a la felicidad del ciudadano, cuántas veces hemos escuchado eso de: ¡Voy a ver si me compro algo y me alegro el día! La realidad es bien diferente, the Happy  Planet  Index, o lo que es lo mismo, el Índice de Felicidad del Planeta, representa una medida de “bienestar sostenible” que tiene en cuenta factores como la esperanza de vida, la huella ecológica o las expectativas de bienestar del país. Analizados 151 países,  España se encuentra en el número 62 del ranking, con una puntuación del 44,1 muy por detrás de países como Colombia, El Salvador o Nicaragua; por tanto podemos concluir con que la felicidad no está relacionada con un consumo elevado.

La finalidad reside en modificar nuestro estilo de vida, ya que se estima un aumento de población de un 50 %, para el año 2050, esto significa que este aumento ejercerá una presión desbordante sobre los recursos naturales, por ello debemos tomar conciencia con carácter urgente y actuar en consecuencia  en todos los ámbitos de nuestra vida, actuar de forma sostenible.

Por Blanca Ros