Los usuarios de Internet, y sobre todo los asiduos a las redes sociales, no dejamos de introducir datos. Sin embargo, siempre existirá la duda de si son del todo ciertos y correctos. Y es que, una de las cosas que preocupa más a los navegantes y usuarios de redes sociales, y por ende Internet, es la privacidad de nuestros datos.
Hace mucho tiempo, cuando me introduje en redes sociales, comprendí que aquello era como un ’bar’, que cuando entras todos te conocen. Y que la única forma de no ‘revelar’ información sensible era no publicarla. Ahora muchos ya no tienen ‘marcha atrás’ en este sentido. Así que lo más normal es que en las bases de datos de la mayoría de las plataformas sociales, y también en otro tipo de plataformas, se acumulen datos que no son ‘correctos’, que son ‘erróneos’, porque, por regla general, los usuarios mienten en los formularios’.
El Dirty Data es el peor problema de una base de datos. Pero no la base en sí, sino la empresa que la gestiona. Grandes plataformas monetizan estos datos, vendiéndolas directamente o utilizándola como reclamo para realizar campañas de publicidad. Porque, aunque se diga que es para generar ‘engagement’ o para que hagan click al ‘me gusta’, la finalidad última es promocionarse, y utilizar esta técnica marketiniana llamada publicidad.
De esta problemática nace el ‘Dirty Data’. Es un escollo para que la BI (Business Intelligence) avance en su evolución hacia el ‘Big Data’ (tratamiento de datos en gran volumen) y la Business Analytics. Si el tratamiento que se da a los datos va correlacionado con los gustos y preferencias que va dejando rastro un usuario, entonces hay un problema. Demos un ejemplo.
Una de las grandes plataformas para buscar empleo utiliza los datos para enviarte notificaciones mediante mail sobre aquellos empleos que das el perfil, o se acerca. Si uno introduce que ha sido ‘Director de oficina’, lo lógico es recibir similares o relacionados con ese empleo o formación. Para el usuario no es un gran problema, sabe perfectamente que no encaja con el perfil y acaba borrando ese notificación. Pero, la plataforma no logra satisfacer a ese usuario porque no le está entregando ningún tipo de experiencia, logra captar la atención, y mucho menos le ayuda a encontrar ese empleo que necesita o gustaría tener.
Por la otra parte, si una empresa está en pleno proceso de reclutamiento para un puesto, puede que erre en su búsqueda de candidatos ideales y que den el perfil buscado. Si lo detecta, inmediatamente es eliminado. Pero es que también es eliminado para los siguientes procesos. Y eso se llama ‘cerrase puertas uno solo’.
Lo malo de todo esto, es que el sentimiento de perder la privacidad no es debido a poner algún dato que ‘infle’ un CV. El problema viene de lo que se ha llenado las bases de datos en otras plataformas sociales. El hecho de introducir datos ‘no correctos’ es una práctica generalizada, no solo en los CV, sino también en los perfiles sociales. Y eso es un gran problema para los que ‘monetizan’ con los datos ya que no impactan sobre el target por el que se paga. Si no que es un gran problema para los que están en ‘pleno proceso activo de empleo’.
Recordad, lo que no se quiere que se sepa, no se publica. Lo que desees que conozcan, amplifícalo.
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Jordi Torregrosa
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