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¿Sufres acoso en tu puesto de trabajo?

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Aunque duela y asuste reconocerlo vivimos en una sociedad violenta. Encontramos situaciones de violencia cada día: en las aulas de nuestros hijos, en las carreteras con conductores agresivos que, como mínimo, nos insultan ante cualquier error cometido, actos terroristas, violencia de genero., maltrato infantil,……..y violencia en el trabajo.

La mayoría de las personas tendemos a asociar la violencia con la agresión física, no obstante el concepto de violencia va más allá de la mera agresión física (golpear, empujar, pegar,…) . La violencia en el trabajo incluye, además  de las agresiones físicas, las conductas verbales (gritos, insultos) o físicas amenazantes, intimidatorios, abusivas y acusantes.

De hecho, y a pesar de la gravedad de las agresiones que tienen como resultado muerte o daños físicos severos, el problema está principalmente en los abusos verbales y las amenazas, incidentes  estos que se presentan como los más comunes.

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Como siempre, para combatir los actos violentos, primero debemos identificarlos y reconocer el problema.

Podemos clasificar los actos violentos en tres grupos:

  • Violencia tipo I: se caracteriza porque quienes llevan a cabo las acciones violentas no tienen ninguna relación legítima de trato con la víctima. No existe un trato comercial o de usuario entre perpetrador y víctima. Aquí encontramos casos comunes de robo en bancos, establecimientos comerciales, taxistas, etc.
  • Violencia tipo II: en este caso, siempre existe algún tipo de relación entre el perpetrador y la víctima. El primero puede ser quien recibe un servicio ofrecido por el lugar afectado por el hecho violento o que ofrece la propia víctima. Normalmente, los actos violentos suelen producirse mientras se ofrece el servicio.
  • Violencia tipo III: en este tercer tipo de violencia, el causante tiene algún tipo de implicación con el lugar afectado o con algún trabajador concreto de dicho lugar. Puede ser una implicación laboral directa entre el perpetrador y la víctima-trabajador (jefe-empleado) o que exista una relación personal entre ambos sujetos (cónyuge, ex cónyuge, pariente, amigos). Raramente suele existir una implicación indirecta. Lo más habitual, en el tipo III, es que el objetivo de la acción violenta sea un compañero de trabajo o un superior suyo, y las acciones pueden ser percibidas con objeto de revancha.

Ahora vamos a centrar este problema en el mundo laboral.

Causas de la violencia laboral

Existen muchas teorías sobre cuáles son las causas que originan la violencia laboral. Algunas como la de Bandura, dicen que los comportamientos agresivos son fruto del aprendizaje, o bien por imitación de acontecimientos familiares/socioculturales, o bien por la posible consecuencia que sigue a un cierto acto violento que tiende a reforzar dicha conducta (Berkowitz). Lo que sí que es bastante importante es proceder al estudio analítico de aquellos trabajos susceptibles a factores de violencia o acoso laboral, para identificar cuáles son los factores de riesgo. Dentro de las investigaciones realizadas, los aspectos que pueden incrementar la posibilidad de que reproduzcan actos violentos son:

  1. En el entorno de trabajo:
    • Economías inestables.
    • Zonas social o económicamente deprimidas.
    • Zonas con alto índice de criminalidad.
  2. En el trabajo:
    • Trabajos en solitario o en pequeños grupos.
    • Trabajos que implican intercambio regular de dinero con clientes.
    • Trabajos por la noche o hasta tarde o muy de madrugada.
    • Tener en el lugar de trabajo bienes valiosos.
    • Ejecutar servicios de seguridad.
    • Trabajar con público.
    • Trabajar en zonas con altos índices de criminalidad.
    • Trabajar con ciertos colectivos.
    • Desarrollar funciones de seguridad pública.
    • Retrasos, errores, incumplimientos.
  3. En el perpetrador: 
    • Inestabilidad psicológica o comportamientos extraños o poco habituales, observados por los compañeros.
    • Comentarios frecuentes sobre armas, su empleo, películas violentas.
    • Largas esperas.
    • Insatisfacción con servicios o productos.
    • Percepción de promesas incumplidas.
    • Frustración, ira, estrés.
    • Abuso de drogas o alcohol.
    • Estrés severo o múltiples eventos estresantes.
    • Depresión.
    • Ausencia de responsabilidad individual, incapacidad para aceptar responsabilidad, incluso los errores más intrascendentes.
    • Historia de episodios violentos fuera del trabajo.
    • Problemas vocacionales, elevada frustración e insatisfacción con el trabajo.
    • Escaso apoyo social, pobres relaciones interpersonales e incluso aislamiento social.
    • Obsesiones románticas, disputas domésticas, acoso sexual.
    • Trastornos graves de personalidad (antisocial, narcisista, paranoide).
    • Trastornos neurológicos.
    • Comportamientos inadaptados. 
  4. En el aspecto organizativo:
    • Estilos de gestión rígidos, autoritarios, agresivos.
    • Reorganización y reestructuración.
    • Presiones para incrementar la productividad, con pocos medios y escasas o nulas recompensas.
    • Plantillas inadecuadas: escasez de plantilla, reducciones gratuitas de plantilla, despidos (habitualmente improcedentes o arbitrarios).
    • Despreocupación e ignorancia acerca de los problemas laborales de los trabajadores.
    • Conflictos laborales crónicos entre empresa y trabajadores.
    • Existencia de tratos preferentes hacia ciertos trabajadores.
    • Percepción de los trabajadores de ser considerados como un instrumento más del proceso productivo, con ausencia de sentimiento de pertenencia a un equipo o empresa.
    • Procedimiento internos ineficaces de tramitación y resolución de quejas y denuncias.
    • Ausencia de respeto mutuo entre departamentos y /o trabajadores.
    • Sistemas de comunicación vertical y horizontal ineficaces.
    • Ausencia de coherencia en las actuaciones de la gerencia.
    • Incremento de la carga de trabajo, acompañado de grandes expectativas con menos recursos y menos recompensas.
    • Trabajos repetitivos, monótonos y sin sentido.
    • Atención insuficiente al entorno físico y medidas de seguridad.
    • Procesos inadecuados de selección y acogida de nuevos empleados.
    • Aplicación inconsistente, poco coherente o arbitraria de las políticas y procedimientos de la organización.
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Sea cual sea la causa de la violencia, es fundamental que las empresas detecten estas situaciones en las etapas iniciales, es la única manera de ponerlas freno. En la entada del próximo día hablaré de cómo minimizar los daños tras incidentes violentos.

Formación Relacionada

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Licenciada en farmacia, Técnico superior en prevención de riesgos laborales (3 especialidades), Tutora de cursos ohsas y auditoria de sistema de gestión de la prevención, Experta en obras y Tutora curso de coordinador de seguridad y salud Formadora en PRL en IMF Business School.

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¿Sufres acoso laboral?

Es bastante importante es proceder al estudio analítico de aquellos trabajos susceptibles a factores de violencia o acoso laboral, para identificar cuáles son los factores de riesgo.