Las reformas y medidas aprobadas por el gobierno influyen en tres canales:
- Los ajustes presupuestarios y fiscales
- La estrucutra por la competitividad
- La estabilidad financiera.
Como principales objetivos perseguidos se refieren a un control del déficit público según la normativa Europea, conminar a las autoridades autonómicas a integrarse en las medidas y persecución de economías sumergidas.
- Ajustes en sueldos de personal público y reducción de dimensionamientos en administraciones. Control de gastos ministeriales en educación y sanidad, mayor tributación.
En España pretendemos reducir el consumo por parte de extranjeros de los servicios públicos, adjudicar menos presupuestos a las universidades.
- Por la competitividad se suprimió la paga extra de empleados de la administración pública, aumento del IVA y IRPF, disminución de créditos al consume público, seguimiento de las recomendaciones fiscales Europeas.
- Revisión de planes en comunidades autónomas sobre el ahorro, control y actualización del déficit con préstamos a cada zona territorial en el país.
Hay diferentes proyectos de ley desde Estabilidad, Transparencia, Sostenibilidad, Información y Devolución de deuda. Para la lucha de fraude endurecemos las penas por delitos fiscales y contra la Seguridad Social, tratando de elevar el número de contribuyentes reales.
Pero ninguna de estas medidas fomenta el crecimiento o promueve la creación de empleos, en el desarrollo y aumento de productividad de las empresas, está claro que previenen el empeoramiento, pero no generan mejoras visibles.
La reforma laboral es ambiciosa pero de nada sirve si no va seguida de interiorización en el Mercado nacional del cambio necesario, tanto en intermediación como en formación. Apoyamos a los emprendedores, con tipos de contratos más estables y flexibles, pero no reducimos la carga de las tasas, y favorecemos y priorizamos los convenios y facilitamos movilidad y despidos, facilidad de extinción de contratación.
En cuanto a formación extendemos el PLAN PREPARA para revisar las cualificaciones de los desempleados, para mejorar la empleabilidad. Pero de nada sirve si la prioridad marcada en Europa va dirigida a TRABAJADORES, y a reciclar al empleado privado. (a los cursos gratuitos no puede accede los empleados públicos).
Perseguimos la mejora en cuanto a abandonos escolares y el aumento de excelencias docentes, incluyendo un programa de formaciones profesionales más prácticas.
Desde el momento que el perfil de concesión de plaza en los cursos y certificados profesionales sólo admite colectivos prioritarios, personas en situación muy específica, que no se corresponde con el abanico real genérico del entramado laboral nacional, no estamos atacando las columnas de necesidades verdaderas, sino que nos limitamos a cumplir con los objetivos de Europa, que no son los mismos que los de España, serán parecidos y en algún concepto similares, pero no son iguales.
Pidamos las medidas reales equivalentes a las necesidades de formación profesional de este país, estudiemos desde dentro de las empresas en lugar de llamar a sus puertas a ofrecer necesidades que no tienen ni mejorarán significativamente las eficiencias del empleado nacional.
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