Supongo que os habréis enterado por los medios de comunicación que una juez de Barcelona ha declarado improcedente el despido de un trabajador, que fue contratado con un contrato indefinido de apoyo a los emprendedores, la empresa le comunicó el fin de su contrato después de un año trabajado, por no superar el periodo de prueba.
Así es, el contrato aprobado por la última reforma laboral, en este caso para las empresas de menos de cincuenta trabajadores que se denomina indefinido de apoyo a los emprendedores para este contrato se excepciona el régimen general del período de prueba fijado en el artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores , permitiendo concertar la prueba hasta con un año de duración. En el momento que leí dicha reforma ya me pareció una barbaridad, ya sabía que tarde o temprano esto llevaría a más de uno a los tribunales para impugnar su despido en dichos períodos de prueba y no soy pitonisa, porque permitir tal amplitud del período de prueba, no es justo ni tiene precedentes en nuestra legislación.
El caso que nos ocupa es del todo abusivo y sangrante puesto que el trabajador despedido tenía un trabajo que consistía: «en coger los neumáticos del lugar en el que se encontraban y dejarlos en el montón destinado al reciclado o en el de pavimentado», según la sentencia. ¿Se necesita un año de prueba para saber si este trabajador recoge bien los neumáticos? Es totalmente sarcástico e injusto. No entiendo como los legisladores no tienen sentido común, es del todo contrario a la lógica establecer unos períodos de prueba tan largos, aunque lo que creo es que lo que pretendían era establecer la posibilidad de un despido libre, acasual y gratis.
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Desde luego es absurdo un año de prueba para trasladar de sitio neumáticos, tan abusivo para el trabajador como reducir a un sólo mes el periodo de prueba para ciertos tipos de empresas y trabajos. El problema de la ética laboral queda en la mesa con la reforma laboral que según me están informando vuelve a subir los impuestos al empresario encubiertamente. De confirmarse todo lo que me llega estaríamos ante otro engaño gubernamental tanto para empresarios como para trabajadores. Me parece muy peligroso para estabilidad y el progreso socioeconómicos españoles. No se puede presentar ante el mercado internacional un grupo empresarial descontento y desilusionado, que no tiene en cuenta el carácter intrínseco de su población. Lo ideal es poder combinar la forma de vida española con las pretensiones de cara al mercado interior y exterior, nada que ver con las presiones del ejecutivo o la inutilidad del anterior. Es mi humilde opinión muy discutible, por supuesto.
Un saludo cordial.