Una relación no es más que un fluir de energías, en diferentes direcciones, donde recibimos y enviamos información de varios tipos, en forma de emociones.
Hay muchas veces que reconocemos inmediatamente que entre otra persona y nosotros fluye algo. Sin hacer nada especial, sólo estando cerca o interactuando de cualquier manera, encontramos que nos es más fácil con unas personas que con otras, sin que parezca depender de nosotros.
Hay que prestar atención especial a las señales de nuestra intuición. De varias maneras podemos controlar y verificar si el fluir de la relación es real o fabricado. Pensando y mirando dentro de nosotros mismos, contestando preguntas como:
- ¿Cuánto siento estar dando y recibiendo con equilibrio?
- ¿Me pesa el contacto con esta persona, me canso estando con ella?
- ¿Este vínculo me aporta lo que espero, cumpliendo mis expectativas?
- ¿Me siento obligado?
En el mundo laboral pasamos muchas veces por situaciones en las que relacionarnos con otros empleados se convierte en un auténtico infierno, pero no podemos evitarlo porque pertenecen a otro departamento, o porque están consolidados y no se trata de quejarnos de alguien, sino de aprender a relacionarnos de diferente manera con las personas con las que no fluimos.
Cuando un compañero es de “diario” es imprescindible crear las corrientes, no podemos estar rodeados de personas que nos restan y cargan día a día. Hay caminos formales en los cuales podemos consultar con Recursos Humanos cómo hacer para mejorar las relaciones con alguien, pero esto casi siempre surge tras algún enfrentamiento. Vamos a evitarlos y adelantarnos a nuestra estabilidad emocional. Debemos aprender que todas las personas fluyen en alguna dirección, y no es tan difícil identificar hacia dónde y cómo.
Es una DECISIÓN el facilitar que nosotros podamos conectar con ese canal de la otra persona. No es cuestión de saltarse los propios valores o creencias, sólo hay que ser flexible y AMPLIAR VISIONES, las cosas pueden ser diferentes por cada persona que las mire, hay que buscar el punto de mayor realidad y OBJETIVIDAD REAL.
En toda relación hay formas de sentir, de mirar, y una forma que llamamos HECHOS OBJETIVOS, que no depende de quien la observe. Nos tenemos que centrar en lo que no es objeto de opinión, en la parte que no es variable según el prisma con que se mire, y desde ahí buscar las partes de acercamiento comunes a las otras personas.
Tomando conciencia de que posicionarnos constantemente de manera defensiva para defender nuestro “sitio” suele generar competencias que siempre terminan en sesiones de coaching reconductivas, apercibimientos, tensiones, que desde Recursos Humanos está regulado por líneas de control y seguimiento incómodas.
¿Qué es más importante tener razón y ganar una conversación? Será mejor sacar algo bueno de cualquier persona que nos haga mejorar, incluso en nuestro puesto laboral. Dar la razón a veces puede ser muy muy rentable para nosotros. Aprender es un valor añadido muy importante que nos van a aportar hasta las personas más “difíciles”.
¿Has vivido alguna relación donde pensabas que has influido mal a la otra persona por egoísmo?
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