Socialización, es el comienzo de las relaciones humanas, donde las personas APRENDEN a tratarse y comunicarse, desde las normas sociales de cada cultura hasta las leyes internacionales.
En base a unas “costumbres” depende del entorno que nos comportemos y hablemos diferentes lenguajes, y el mundo laboral es un mundo más, con sus normas, jerarquías, estructura y organización.
Y todo influye en nuestra capacidad de aprendizaje, porque no es verdad que una persona sea “antisocial”, pero puede no saber o incluso no querer conectar con la sociedad, o en el mundo laboral con las normas de la empresa, y de las personas que trabajan en ella. Pero esto estaría dentro de la resolución de conflictos a tratar en artículo aparte. Integración y unificación incluyen muchos polos opuestos.
Lo que es innegable es que cuando alguien se une a una nueva red o entramado social, por incluir grupos diferentes de personas que deben interactuar, debe aprender y deben enseñarle algunas guías básicas de integración e influencias existentes.
Hay una serie de valores que son innatos, otros adquiridos y otros que irán fluctuando en función de donde trabajemos o vivamos. Debemos saber si son compatibles y los RRHH tienen una de sus misiones más prioritarias en la identificación de esta “compatibilidad”, esta seria la definición real del proceso de selección. Comprobar POR AMBAS PARTES, si la filosofía, objetivos y motivaciones son compatibles, asumibles o aceptables, y si las diferencias socio/culturales, aparte de la capacitaciones, permiten el proceso de adaptación e integración necesarios.
Identificación y rol personal del nuevo miembro de la comunidad son las reglas mínimas y prioritarias a observar en los primeros contactos.
Como en la naturaleza, en cada manada el que llega es el primer responsable de su reconocimiento dentro del grupo. Y el grupo decide…
A veces nos empeñamos en aguantar y soportar situaciones innecesarias, en cuanto a su inviabilidad por “incompatibilidad de caracteres”. Si bien las circunstancias socio/económicas pueden interferir y desvirtuar seriamente la libertad de PERTENECER a una empresa, por las grandes necesidades financieras, esto al final es la factura más cara que pagamos los seres humanos.
No es imprescindible ser gregarios sociales, así los autónomos o emprendedores no se unen, sino que crean su propio grupo social laboral. Pero aún así pertenecerán a un “gremio”, claro que en este caso será ELEGIDO y en ese momento ya apropiado porque la búsqueda se habrá hecho en función de motivaciones afines.
Es decir, si te sientes antisocial o que no encajas en grupos o entornos laborales y piensas “siempre es lo mismo en todos los lados…” MONTA UN NEGOCIO, ese seguro que es tu entorno.
Pero recuerda que el trabajo en equipo, es el único camino.
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No siempre uno es “monedita de oro” para caerle bien a todos. Los seres humanos, a diferencia de los animales, estamos llenos de prejuicios vanos, es un escollo nuestra etnia, lengua, raza, creencias, etc., para que nos acepten, sin embargo, creo que al final del ejercicio es mejor ser independiente en lo laboral, crear empresa y generar trabajo.
Bueno, la verdad que me he tenido que leer el artículo 2 veces para entenderlo.
Me deja un poco flipando lo último que comentas de: ” monta un negocio si te sientes antisocial”…no creo que esa sea la solución.
Pero bueno, a lo que iba, desde mi punto de vista, cada persona tiene una manera de pensar, de comportarse, de relacionarse, de ver las cosas, de actuar, totalmente diferente a cualquier otra. Difícil será que nos encontremos a dos personas que sean exactamente iguales.
Cada empresa es diferente, con sus normas, sus formas de hacer y deshacer, su manera de trabajar, etc. Y quien trabaja en esa empresa, asume su reglamento, pues, salvo que seas el Director de la misma, tendrás que agachar la cabecita y pasar por el aro para que te contraten, no? PUES NO! quiero decir, en cierta manera, claro que cuando trabajas en una empresa, debes de respetar las normas de esa empresa, por supuesto, pero hay una cosa muy importante y es que las empresas están compuestas por personas, todas diferentes, y lo bonito de trabajar en grupo es encontrar ese punto de equilibrio donde cada uno se siente de verdad una parte de la empresa.
Aportar ideas, puntos de vistas, trabajar, quejarse cuando uno no se siente a gusto, equivocarse, arreglarlo, ayudar, apoyar… todo esto, y mucho más, debería ser el pan de cada día de un trabajador en una empresa. Pero por desgracia, esto es una realidad muy diferente a la que hoy en día se vive en la empresas en España.
La realidad es que para estar a gustico en una empresa, conservar tu puesto, y tener amiguitos y hacer buenas migas con el jefe, para conseguir todo esto, debes NO ser tú, callarte y fingir, poner sonrisita de buen@, elogiar a tu jefe (aunque en verdad te importa una…), en definitiva, ser un pelota y un falso.
Y seguramente pensaréis que eso no es verdad, pero por desgracia, vosotros mismos, equipo de IMF, lo sufrís, y lo sabéis 🙂
Viva la gente de verdad, que no tiene miedo de ser uno mismo, ni decir lo que piensa, porque esas personas son las que de verdad descansan cada día con su conciencia tranquila, sin miedos, las que no necesitan la aprobación de otros para sentirse bien.