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La obsesión por la eficiencia

Hoy compartimos con vosotros un interesante artículo sobre el concepto de Eficiencia y su implicación en las organizaciones, realizado por Alejandro San Nicolás Medina, Experto en liderazgo empresarial y modelos de excelencia y Coordinador de Equipos de Evaluadores, así como tutor el área de Calidad y colaborador habitual de IMF.

Calidad, ese concepto. Calidad es una palabra que nos tiene absolutamente estigmatizados y encasillados a todos los que nos dedicamos ya sea directa o lateralmente a algo parecido a ella. Olvidamos realmente lo que es en cada momento: es una manera simplista de llamar a la gestión bien hecha. Pero del mismo modo que olvidamos lo que significa calidad, rechazamos el hecho de que es el líder del equipo quien tiene que asumir la responsabilidad de implantar el germen en la organización que permita llegar a un punto en el que digamos que somos buenos, que somos los mejores o que simplemente somos. Durante estos últimos años de vida profesional he coincidido con muchas personas interesantes, pero siempre te queda el poso del sabio, de aquel que te dice las cosas como son y te da la tranquilidad de que pase lo que pase lo estás haciendo lo mejor que sabes. De aquel aprendí dos cosas fundamentales: no hay gestión sin liderazgo, es decir, no hay excelencia sin liderazgo, sin la implicación de los que deben asumir la misión estratégica de la organización; que esa misión no es lo que todos sabemos que es, sino que una misión es el eslogan, la frase que define tu esencia y que desde arriba hasta abajo se debe impregnar con fuerza y determinación.

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Lo segundo que aprendí es la obsesión por confundir eficacia y eficiencia. Todas las organizaciones basan sus sistemas de gestión en ser eficaces y confundirse con sus propios datos. Aplicar resultados de eficacia, valorar la eficacia y comparar la eficacia; pero, como todos sabemos, esto no nos lleva a casi nada, porque cuando hacemos resultados comparativos, aparece la gran pregunta: ¿somos buenos? Sí, buenos, pero todo depende de con quién nos comparemos.

No voy a profundizar hoy sobre el concepto teórico de eficiencia, porque para ello están los libros, que lo van a explicar mucho mejor que yo y además se escribieron para que sus autores ganen dinero con las consultas, entre ellas las mías. Profundizaremos sobre los olvidos permanentes de las organizaciones en controlar y seguir el entorno competitivo en el que se encuentran, buscando elementos de comparación con las empresas de la competencia para saber si realmente somos los mejores del sector.

Existen multitud de elementos y campos de actuación a valorar, pero en sectores como el de la formación (centros de estudios, universidades, escuelas de negocios), consultoras tecnológicas, hospitales y sector sanitario en general se tiende a valorar la eficacia de sus programas y sus estrategias; sin embargo, si fueses el gerente de una organización como estas, ¿considerarías hacerlo a base de gastar recursos ilimitados?

Eso es lo que solemos encontrar en las organizaciones que vemos y evaluamos (unas cuantas veces al año…): los mandos intermedios preñan a los gerentes de resultados, supuestamente para decir lo bien o mal que va la organización (el famoso desempeño) y todos son de ¿eficacia?

Pocas veces, y ahí está el reto, vemos los resultados y sus objetivos (y con ello las tendencias y comparaciones), basados en la eficacia, en la optimización de los recursos, en el ahorro de los esfuerzos y en saber que obtenemos los mismos o mejores resultados que esta o aquella organización pero con menores recursos e incluso con menos esfuerzos.

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Es lo que llamo obsesión por la eficiencia, y es de las pocas cosas que se pueden enseñar porque, como bien sabemos, del conocimiento, el 90% está en la red, pero es de ese otro 10%, de lo intangible, del know-how y de cómo lo transmitamos, del que depende nuestro futuro éxito profesional… excelente.

(A Joan Noves, posiblemente el mejor entre los mejores)

Por @asnicolas

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Alejandro San Nicolás Medina

Director del Máster de Consultoría y Auditoría de IMF Business School y fundador del grupo Business Leadership Excellence en LinkedIn.

Una respuesta

  • es complicado encontrarlo pq en.contra de lo q argumentas, en muchos casos el.lider si q considera algunos de los recursos.como practicamente ilimitados… y ahi esta el fin de la eficacia.

    un abrazo

    vicente de diego

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