O cómo no poder levantar la situación económica de un país por escasez de miras.
Empiezo este texto tras una situación que me pasó recientemente. Como estudiante de ADE con conocimientos en Finanzas y MBA siempre he tenido la mosca detrás de la oreja para lanzar un proyecto empresarial. El emprendimiento es una tarea complicada, requiere (para empezar) de tiempo (mucho) y de ganas, lo que no me esperaba es que esas ganas fueran de discutir. Comprendo que lanzar un negocio suponga reticencias con proveedores, pero lo que me sorprende son las escasas ganas de ganar dinero.
Cierto es que como micro-PYME que trata de arrancar no puedo ofrecer a mis proveedores grandes pedidos, pero parece que esos son los únicos que interesan. Así el famoso eslogan de think global, act local (piensa globalmente, actúa localmente), planteado por primera vez por Patrick Geddes a principios del siglo XX, parece mal entendido en el país y eso que la idea expuesta es sencilla: mantén tu cabeza en negocios grandes, pero piensa en el mercado local. Así para crear una gran multinacional se debe partir de unas pequeñas pero bien asentadas bases económicas locales, principios y organización pero con aspiraciones de ser una gran empresa, así la marca desarrolla un entramado bien desarrollado desde que arranca conociendo su objetivo final (o el que le gustaría que fuera).
Pero en España podemos hablar de un think global, act global ó aún peor: think global, don’t act. Así me encuentro con problemas de proveedores que pudiendo ofrecerme lo que busco y estar yo dispuesto a asumir los costes que ellos mismos me avanzan que no les interesa una producción tan corta… ¡ni aun cubriendo costes! Es algo que no me entra en la cabeza al no estar ya en una economía que trata de buscar el máximo beneficio si no que el objetivo en el sistema actual es la creación de valor, esto es, un mejora de las situaciones de un conjunto de personas o empresas (“stakeholders”) que van desde la obtención de beneficios a la ampliación de negocios, consecución de nuevos clientes, mejor posicionamiento…
Está claro que ya no vivimos en una época de economía boyante y es que las empresas tienden más a la subsistencia que al máximo beneficio, pero debemos encontrar en nuestra maltrecha economía una situación intermedia. Aquella en la que se puedan producir bienes o prestar servicios no al mínimo coste (de tal manera que las empresas tengan beneficios y puedan crecer) y así crear un ecosistema de beneficios intra-empresas capaz de volver a una etapa de bonanza creada desde una economía de PYMEs que son las que acaban soportando el mayor número de trabajadores y, por tanto, de economías familiares.
Por todo ello el entramado económico del país debe ampliar miras y permitirse buscar otro tipo de objetivos y saber mirar más lejos de su ombligo. Yo pienso seguir intentándolo, la pena sería para mi llevarme la producción fuera de nuestro país.
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Excelente artículo Manuel! Ojalá de pie a una serie de reflexiones respecto al emprendimiento y que veamos más artículos como este. La base de toda actividad empresarial, es crear valor para todas las partes interesadas,, valor, no sólo riqueza para los accionistas, valor para la sociedad mejorando la economía local y global, crear puestos de trabajo. Gracias.Camilo