El pasado 21 de octubre fue el Día Mundial del Ahorro de Energía. No se trata de una celebración que lleve mucho tiempo instaurada en el calendario anual de efemérides a nivel internacional, pero no por ello deja de ser importante.
El Día Mundial del Ahorro de Energía
Se trata de un Día que tiene muchos nexos de unión con el Día Mundial de la Eficiencia Energética que se celebra todos los 5 de marzo, ya que pone el acento en el esfuerzo que se tiene que llevar a cabo por parte de la sociedad en ser ahorradores en la energía que consumimos con nuestra actividad diaria.
Es importante destacar que el consumo de energía, con el actual mix energético que tenemos en la mayoría de los países desarrollados, implica el uso de recursos naturales de origen fósil.
Los recursos naturales de origen fósil tienen cada vez más una costosa extracción tanto desde el punto de vista económica, como medio ambiental, sin dejar a un lado las repercusiones medioambientales por su transformación y uso energético al ser causantes de la emisión de una gran cantidad de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
Políticas de mejora energética
Asimismo, se aprovecha la ocasión para dar a conocer dos cuestiones de relevancia sobre esta temática.
Por una parte trasladar a los lectores la publicación por parte de la Agencia Internacional de la Energía del informe titulado «Energy efficiency 2017«, sobre los datos de 2016, el cual pone de manifiesto los importantes esfuerzos que se están llevando a cabo en determinadas regiones a través de las políticas energéticas para mejorar sus intensidades energéticas.
La innovación tecnológica y la digitalización van a permitir mejorar la eficiencia energética, la cual sin lugar a duda, ha redefinido el sistema global de gestión de energía a nivel mundial.
El ahorro energético en América Latina
En cuanto a una de las regiones que más esfuerzo está realizando en ahorro y eficiencia energética, a pesar de los niveles de desarrollo que en ocasiones se tiene, y del largo camino que todavía le queda por andar, es América Latina.
Esto se concretó por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en el documento «Monitoreando la Eficiencia Energética en América Latina«, el cual es el primer informe dedicado íntegramente a indicadores de eficiencia energética en los países de la zona.
El mencionado estudio analiza las variaciones de consumo de energía primaria y final, así como sus intensidades energética tanto de manera agregada como por sectores (residencial, industrial, energético, transporte, servicios y agropecuario).
La región consume el 2,8% con relación a un crecimiento de 3,4% del Producto Interior Bruto (PIB).
El documento también recoge las variaciones en el marco político, normativo e institucional que se están llevando a cabo en la región, circunscritas a estrategias que posibiliten ahorro y eficiencia energética.
No por ello todavía hay que realizar esfuerzos importantes por parte de los Gobiernos en dar continuidad a dichas actuaciones.
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Pues nos parece una gran iniciativa para promover la conservación en el uso de la energía eléctrica. Muchas gracias por la información, un buen post! 🙂