Hoy, cuando gran parte de los españoles volvíamos al trabajo tras las merecidas vacaciones de verano, nos hemos levantado con la noticia del accidente en una empresa pirotécnica en Zaragoza, por tanto un nefasto final de mes de agosto y mal comienzo de mes de septiembre.
Según las informaciones de los medios de comunicación, son seis los muertos y otros tantos los heridos en este grave accidente laboral de la pirotecnia zaragozana.
Este tipo de empresas dedicadas a la pirotecnia, realizan una actividad de alto riesgo y como tal está recogida en el Anexo I del RD 39/1997, en el apartado e): Actividades de fabricación, manipulación y utilización de explosivos, incluidos los artículos pirotécnicos y otros objetos o instrumentos que contengan explosivos.
Es necesario tomar conciencia de la necesidad que representa tanto la dotación de medios como el establecimiento de métodos de actuación ante la posibilidad de que se produzca un incendio o explosión en este tipo de empresas, pues según se desprende de otras fuente de información se han producido 59 muertos en los últimos 20 años en accidentes similares. Estos planes de actuación o de autoprotección, que son obligatorios en este tipo de fábricas, deben permitir una respuesta rápida y eficaz ante una emergencia.
En muchas ocasiones se lleva a cabo la incorporación de protecciones e instalaciones de seguridad frente a todo tipo de riesgos, pero esta mejora no es el único factor necesario para alcanzar el nivel de seguridad que se exige, ya que el aspecto humano tiene una gran influencia, tanto en la prevención de riesgos como en la acción frente a una emergencia, porque una actuación incorrecta de las personas puede anular la eficacia de los dispositivos de seguridad.
En consecuencia, es tan importante completar los medios materiales de protección, como asegurar una actuación correcta del personal.
Para ello, además de la inversión económica que representa, es necesario mentalizar al personal. Esta concienciación requiere formación y entrenamiento, es decir, un cambio de actitud para darse cuenta de las consecuencias que tendría eludir esta responsabilidad que, por otra parte, es una obligación inherente a su puesto de trabajo.
Cabe señalar que los incendios y explosiones suelen ir acompañados, por desgracia, de pérdidas humanas y grandes daños materiales. Siendo las pérdidas humanas las que más afectan a la sociedad, pues las materiales son recuperables pero estas no y dejan familias rotas.
Es necesario prever las posibles situaciones de emergencia para poder actuar con celeridad, sin improvisación, minimizando las posibles consecuencias humanas y económicas de los accidentes.
Estoy convencida, porque no puede ser de otro modo, que la empresa tenía contemplado este accidente en su evaluación de riesgos, por ello ahora más que nunca urge la investigación del accidente, para ver que es lo que falló.
Mi más sentido pésame a las familias y mi deseo de recuperación a todos los accidentados.
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